
Así exactamente como se muestra en el siguiente video me tocó ver algo semejante la primera vez que estuve en Río de Janeiro, hace más o menos tres años, les platico la historia que siento acabo de revivir:
Pues ahí me tienen que iba caminando yo un jueves común y corriente por la noche en el popular barrio de Lapa cuando de repente me topé con una banda de reggae que estaba siento ignorada por todo mundo, mientras tocaban melódicamente afuera de un billar.
Para que más o menos se den una idea, Lapa es el lugar que utilizan los cariocas para salir de fiesta en la noche, lo encuentro muy parecido a la Augusta en Sao Paulo o el centro histórico del DF. Es un ambiente mucho más bohemio, tiene poco glamour y a veces no lo recomiendan tanto los turistas por ser tachado de peligroso o inseguro, sin embargo para mi fue el más divertido, el más colorido, en donde conocí más a fondo la cultura del pueblo.
Todos los transeúntes observaban por un momento al grupo de reggae y después continuaban su camino; excepto un loco vagabundo de raza negra de más de 30 años, quien evidentemente tenía los 5 sentidos completamente alterados. Este hombre bailaba muy enérgicamente, brincaba y corria alrededor de la calle, daba maromas, se aventaba después de golpe contra el pavimento, jugaba con la basura, en fin no paraba de reír ni de hacer ruido, al ritmo del reggae.
Al igual que yo, más personas nos detuvimos a ver el espectáculo que este exótico bailarín ofrecía. Por mi parte me compré una fría caipirinha de las que venden los vendedores ambulantes y me senté a disfrutar el show sentado en la banqueta, mientras me bajaba el nocturno calor tropical con esta típica bebida.
De repente se empezaron a acercar más y más personas, unos 4 chicos que no pasaban los 20 años comenzaron a acompañar eufóricamente las coreografías del loco; paulatinamente más gente se acercó a bailar, a cantar y a acompañar las canciones de reggae con instrumentos improvisados mediante basura, como botellas y palos. Después descubrí que mucha de esta basura había sido previamente colocada para este fin, no es que sólo fuera característica del lugar.
Para mi sorpresa, la calle en cuestión de 10 minutos estaba saturada de gente, los carros ya difícilmente podían circular; tanto cariocas como turistas estábamos llenos de energía disfrutando de la fiesta que inició este hombre. Todo mundo bebía, bailaba y convivía súper amigablemente. Yo a la tercera caipirinha creo que ya andaba más prendido que el mismo loco, estas bebidas son de cuidado!.
Fue un momento inolvidable, inesperadamente emergió la magia junto con este individuo tan peculiar, apareció la mega fiesta en donde menos me se esperaba; el grupo de reggae se encargó de armar una gran noche en este tradicional barrio de Rio de Janeiro en el que hasta donde me acuerdo todos son amigos de todos. Aquí les paso unas fotos de aquella noche que disfruté intensamente después de haberme permitido entrar en la locura de un total desconocido.
Saludos a todos.
Se agradece todo tipo de comentario, calificación, Fav y RT.
- Noche de caipirinhas
- Los arcos de Lapa
- Otra más de los arcos, antes de que los remodelaran.
Tlaca
6 febrero, 2014
Fiesta inesperada todo el tiempo
saulmol
28 enero, 2014
Que bueno es leer a alguien que disfruta el momento, más con unas caipirinha jaja. Me imagino que las personas de ese barrio ya están algo acostumbradas a ver este tipo de espectáculos, pero tu como turista no. Buena experiencia.
Cacho Navarro
29 enero, 2014
Si claro, ese barrio es el que utiliza la gente de la ciudad para ir de fiestas, ahora se está siendo mucho más turístico, pero cuando yo fui era un ambiente súper relax, muy hippie, urbano, friendly
gloria lemus
28 enero, 2014
que locura tan envidiable ….
saludos